Los cigarros tienen etiquetas preventivas. Los medicamentos tienen advertencias sobre las reacciones secundarias que pudieran causar. Los aparatos electrónicos tienen etiquetas amarillas que te alertan sobre cosas que no debes hacer cuando los utilizas. Las tarjetas de crédito...
¿Te has preguntado lo que pasa en nuestra cabeza cuando utilizamos una tarjeta de crédito en lugar de dinero en efectivo para hacer las compras, y como influye esto para que gastemos de más y terminemos endeudados? Te invitamos a leer los siguientes párrafos, con los que conocerás por qué te cuesta tanto trabajo controlarte cuando usas tu tarjeta.
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Las tarjetas de crédito vienen sin instructivo...
Y sin advertencias... y la verdad, es que los bancos no hacen gran esfuerzo por cambiar esto, pues su uso provoca ciertas alteraciones en nuestro comportamiento que vale la pena analizar.
Seguramente ya has notado que no es lo mismo pagar con efectivo que con tarjeta de crédito, que se siente diferente y aunque no sabes exactamente que es, has percibido que el dinero plástico es menos doloroso de gastar, ¿cierto?
Bueno, pues desde el inicio del uso masivo de las tarjetas de crédito en la década de los 70, algunos académicos se han dedicado a entender el comportamiento de las personas con respecto al uso de estos instrumentos y han encontrado cosas muy interesantes que explican por qué tenemos tantas personas endeudadas en el mundo y que no pueden parar de gastar.
Todos sabemos que las tarjetas de crédito son muy conveniente,s pues nos evitan el tener que cargar efectivo, con ellas podemos adelantar compras necesarias y estos instrumentos también son muy útiles cuando viajamos o queremos hacer una compra remota. Nos permiten estar listos para una compra en cualquier momento, aun si no la planeamos, es decir, las tarjetas de crédito nos hacen muy fácil el gastar.
No hay nada más sencillo que abrir la cartera, sacar tu plástico y pasarlo por la terminal punto de venta, además, hora tenemos tarjetas llamadas contactless, que sólo tienes que aproximar a la terminal e, incluso, ya puedes pagar con tu celular sin cargar tu plástico a través de Samsung Pay o Apple Pay, en fin, nunca ha sido más sencillo pagar con tarjeta de crédito.
Las evidencias
Además de la facilidad y practicidad, estos instrumentos generan patrones de comportamiento muy interesantes y de los que tenemos que estar conscientes si queremos mantenernos en control.
Al primer patrón lo llamaremos "Disposición a pagar más". En 1986, Richard A. Feinberg, de la universidad de Purdue, realizó un estudio en donde se le pidió a la gente que dijera cuánto dinero estaría dispuesto a pagar por determinados artículos. Se hicieron dos grupos, a uno de ellos se le colocó cerca de letreros de aceptación de tarjetas que fueron colocados estratégicamente como parte de la escenografía, pero no se les mencionó absolutamente nada a los participantes sobre ellos ni sobre el medio de pago que se utilizaría para comprar los artículos.
El segundo grupo contestó las preguntas sin estar expuesto a los letreros de aceptación. ¿Qué fue lo que pasó? Pues que el grupo expuesto a la señalización de aceptación de tarjetas estuvo dispuesto a pagar entre 50% y 200% más por los mismos artículos que las personas en el grupo de control.
En otro experimento realizado en el año 2000 por Drazon Prelec y Duncan Simester del MIT, también se estudió el impacto tiene el medio de pago utilizado sobre los montos que una persona estaba dispuesta a pagar - Es decir, había un grupo que utilizaría efectivo y otro que pagaría con tarjeta. Y bueno, como era de esperarse, el grupo que pagaría con tarjeta estuvo dispuesto a pagar hasta el doble por el mismo artículo, pero no solo esto, este grupo también tomo las decisiones de compra mucho más rápido que el grupo que utilizó efectivo.
La "disposición a pagar más"
Pero entonces, ¿qué es la disposición a pagar mas?, pues es la distorsión al valor del dinero que causan las tarjetas de crédito y que motiva que estemos dispuestos a pagar más por el mismo artículo, pues consideramos que el dinero en nuestra tarjeta no esta saliendo de nuestra bolsa.
Otro de los efectos que las tarjetas de crédito causan en nuestro comportamiento, es que según lo reportado en el mismo estudio del MIT que se mencionó anteriormente, los usuarios de tarjetas de crédito son más propensos a olvidar o subestimar los gastos que se hacen con tarjetas.
Y es que al ser tan sencillo realizar un pago con plástico y no tener que sacar y contar el dinero, no registramos completamente nuestras compras, por lo que al llegar el estado de cuenta siempre nos sorprendemos o, a veces, hasta dudamos de que alguien más esté utilizando nuestra tarjeta.
Imagínate que vas a Starbucks y en tu cartera traes $200 en efectivo y quieres comprar un Venti Caramel Macciato, con doble crema batida, o alguna de esas bebidas de $80 pesos.
Si pensaras pagar con un billete de $200, entonces estaríamos hablando de gastar el 40% de tu dinero y podrías sentirse incómodo, pensando que tendrías que terminar el día con lo que quede en la cartera, pero qué tal pagaras con una tarjeta de crédito y consideras que tienes una línea de crédito de 20 mil pesos? Pues pensarías que $80 para un saldo disponible de 20 mil pesos no es nada.
Esto es porque estarías visualizando su línea de crédito como el saldo de una cuenta de depósito o un dinero que tienes disponible para su uso, en lugar de considerarlo como una deuda. Ese dinero no es tuyo ni te lo has ganado, triste pero es así como nos explicamos las líneas de crédito en nuestras cabezas.
Ojo con los programas de recompensas
Por último, otro factor que causa una distorsión importante cuando utilizamos nuestros plásticos son los programas de recompensas, y es que si pasar nuestro plástico por una terminal punto de venta es fácil, tener una justificación racional para gastar es maravilloso, pues decimos: "voy a comprar muchísimo, pero lo bueno es que estoy acumulando puntos" esto nos hace sentir muy bien y menos culpables, ¿cierto?
Pero cuántos de nosotros no estamos pagando altas anualidades e intereses que exceden por mucho lo que obtenemos por las recompensas, recuerda que las recompensas son únicamente para las personas que pagan el total del saldo de sus tarjetas cada mes.
Puedes hacer algo al respecto...
La respuesta es sí. Primero, nuestra recomendación es seguir la estrategia de las 2 tarjetas, pensada para evitar perder el control cuando utilizamos nuestras tarjetas, porque precisamente es a lo que los bancos apuestan, pues al desbalancearnos, ellos obtienen más ingresos provenientes, ya sea de comisiones, o de los intereses que nos cobran.
>> Todo sobre la estrategia de "Las 2 tarjetas" <<
Además de estos consejos, utilizar las tarjetas de servicios pueden ser una buena alternativa, ya que éstas tienen que ser liquidadas completamente a final de mes, así que te ayudarán a auto limitarte y pensarlo dos veces antes de pagar con tu plástico.
Otras alternativas que puedes considerar son las alertas y el establecimiento de límites de gasto que puedes activar en tu tarjeta, para que estés mucho más consciente del uso que le estás dando a tu plástico.
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